domingo, 6 de noviembre de 2022

16 LA GUERRA CONTRA LOS HUMANOS: La otra especie

 


 

A 13,8 billones de años del nacimiento del tiempo…

 

Los bombardeos habían empezado. Quien disparaba no se sabía. Al fondo se veía un número de siluetas protegiéndose del ruido, no se sabía si eran de esta o de la otra especie. Eran seres delgados e imberbes, sin embargo, no parecían jóvenes. De cerca se notaba que sus bigotes y bellos estaban dibujados con artificio, incluso trasplantados. No eran realmente hombres, pero parecerse a ellos era su obsesión de travestidos. Una raza deseando ser otra. Como todo travestismo era una mentira para parecer más normales, más aceptables a los roles permitidos por esa sociedad de hombres, el travestismo es básicamente fingir, una mentira insistente, dirigida principalmente a sí mismas, pero que nadie creía. Pero en la que insistían hasta quebrarse. Era la otra especie simbiótica. O lo fue, según la secta de la memoria, en el pasado esta especie convivió simbióticamente con el hombre. En la larga evolución subterránea de la humanidad esta raza se especializó únicamente en la reproducción, perdiendo cualquier  otro atributo, y sin desarrollar ninguna capacidad más que esta, atrofiando todos los demás rasgos humanos, los hombres crearon la dos bio-religiones con sus sofisticadas teologías y montaron el mundo subterráneo y sus guerras profundas y estratégicas, y antes del desmoronamiento de la especie humana, habían creado todo el mundo abstracto que nos diferenciaba de los animales, ellas solo se dedicaron a engendrar y a dominar el mundo emocional requerido para cobrar por ese servicio y para sobrevivir en una sociedad donde la fuerza y la inteligencia, a la que evolutivamente habían renunciado,  dominaba. 

Pero empezó la reproducción artificial entre hombres, la otra especie perdió su utilidad y con ello su atractivo, su dominio de las emociones y su manipulación, debió desarrollarse entonces al extremo, superando a los hombres en esto, pero solo les sirvió para sobrevivir en guetos marginados del mundo de verdad. Paso otra cosa inesperada, los genes de la homofília, antes una minoría como sus portadores, empezaron a multiplicarse y acaparar el genoma, en el pasado, para sobrevivir estos genes que perjudicaban la reproducción de sus portadores, compensaban ese error añadiendo una ventaja en la humanidad: la capacidad de afecto entre hombres, base de la amistad y de la lealtad, útil en la guerra, en un mundo de hombres esto significaba alianzas, amistades, fidelidades, en la lucha era especialmente útil, pues la causa de la homofília, es decir de que los hombres puedan amarse, mientras en otras especies se matan, es la guerra. El caso es que la población se tornó totalmente homofílica, hasta llegar a ser la inmensa mayoría y el canon de lo “normal”. Una vez que estos genes ya no perjudicaron la reproducción, al ser esta artificial, esa ventaja los hizo acaparar el genoma y reducir al mínimo la frecuencia de genes heterofílicos que pasaron a ser “anormales”. Pero la naturaleza incompleta de la segunda especie siguió, su anhelo de ser progenitora o simbionte del hombre, no por amor a la reproducción ni al hombre sino como único medio de existencia. Ya al margen de la especie humana se multiplicaban así mismas también artificialmente, y a veces, pero esto era pecado, heterofílicamente.

Ahora tenían prohibido concebir con algún miembro de la especie humana. Pero por si solas no podían ser individuos completos, dejarlas, rechazarlas, es un atentado a su oportunidad de ser y completarse. Como los virus, carecían de vida, y debían parasitar otra, enfermarla y matarla. Eran incapaces de violencia dada su debilidad física, o de violencia técnica pues les faltaba capacidad cognitiva, pero eso no les restó ingenio y un escondido poder de destrucción muy peligroso. Hace muchísimas generaciones que se les prohibió hibridarse con los hombres. Los hijos de este cruce eran considerados mestizos degenerados. Y la bio-religiones no los aceptaba...

Pero eran una raza que se sentía permanentemente incompleta, su uso de nuestras tecnologías y energía era para la mayoría un abusivo parasitismo.

La inteligencia es el arte de identificar la causalidad, el porqué de las cosas. y hay 2 tipos de causalidad, causalidad material, por qué la materia ocurre cómo ocurre y causalidad emocional, porque la gente actúa como actúa. La primera fue arte de los hombres, la segunda de las mujeres, la segunda especie, condenada pronto a desaparecer.

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