Un trillón de
años después…
Los Zombis Hekantokeinos eran los verdaderos dueños
de la trans-meta-corporación. Ellos habían pactado la paz, una vez llegado el
límite entrópico que daba fin a la vida orgánica. Una sangrienta paz que se
comería toda esa generación para hacer funcionar al Thecnetos y para llevar a
la humanidad a la eternidad. Estos seres, no eran maquinas ni simples humanos
como Herakón, L o M. Eran la raza
humana más evolucionada y también la más rara. Vivían en planetas muy remotos y
aislados. Nunca tenían contacto directo con los sistemas que dominaban ni con
los otros humanos que gobernaban.
Vivían rodeaos
de autómatas como Nimis. Y vivían
solo en el pensar, pues esta extraña raza carecía de sentidos, no tenían ojos
ni orejas ni lengua ni piel sensible. Su conciencia carecía de sensaciones, sino
tan solo ideas. Pero tenían mentes y sistemas nerviosos muy desarrollados que
se comunicaban con las máquinas que abarrotaban sus planetas, no necesitaban
ver al mundo para comprenderlo y dominarlo. Aunque era una rara forma de pensar
sin imágenes.
Uno de ellos
hablo por un monitor. En la pantalla se vio la horrible forma de estos humanos.
Su cabeza no tenía ojos, ni orejas, la boca estaba reducida a una cicatriz
sellada, las fosas nasales unidas en un solo hueco tosco. Las formas de la cara
dependen de su función. Músculos y huesos permiten movimientos y gestos, esto
estaban ausentes en los Zombis
Hekantokeinos, habían borrado sus sentidos voluntariamente hace millones de
años en su evolución dirigida, solo pensaban. Así la anatomía facial era
caótica y vacía. La cabeza solo era el espacio para su cerebro que podía
conocer el mundo sin ayuda de sensaciones, solo con el pensamiento bastaba.
Respiraban y se nutrían artificialmente por medio de máquinas conectadas a su
sistema circulatorio. Así la pantalla ofreció el espantoso espectáculo de una
cabeza deforme y sin rostro. Solo Herakón
entendía el mensaje, su idioma no era de palabras, o sea no las usuales, la
mayoría de palabras significa sensaciones, hielo por ejemplo significa blanco,
frio, resbaloso, etc. Estas solo eran conceptos. Terminada la trasmisión, el
grotesco rostro en la pantalla quedo a oscuras. Pues a oscuras vivían los Zombis Hekantokeinos en sus remotos planetas de dominio.
—¿Que ordenaron?
—preguntó el Thaumasios Orf rodeado
de pequeños sirvientes a Herakón.
—Que debemos decidir
ya cómo será la mente del Thecnetos, y con ello decidiremos la forma misma del
universo.
El Thaumasios Orf, venido recientemente de una meta-corporación lejana se contrarió:
—No entiendo, toda
conciencia depende del universo que conoce y no al revés, conocer objetivamente
el mundo es ser independiente de lo que se conoce —. Orf era un Thaumasios digamos provinciano, su
cuerpo pequeño y casi trasparente, estaba rodeado de densa cablearía, eran
tecnologías poco eficientes de su lejano mundo, lo rodeaba caóticamente y no
dejaba ver sus extremidades, solo una masa articulada sin cabeza visible, solo
su voz emitida siempre por parlantes del locus
sonaba a persona. Pero debajo estaba un pequeño humano como todos.
Herakón refutó:
—La forma del universo
depende la forma del cerebro. Ves todo desde un punto de vista, las cosas
cercanas las ves grandes y las lejanas, chicas, pero en realidad las cosas no
son ni grandes ni chicas. Imaginamos al universo siempre visto desde un ángulo
de visión humano, pero en realidad el universo prescinde su observador para ser.
Un conocimiento verdaderamente objetivo debe ser trans-humano. La epistemología[1]
siempre estudio como conoce el mundo el ser humano. Trascribió en términos
lógicos lo que hacía nuestro cerebro. Pero nuestro pobre cerebro es el techo de
lo que esas lógicas pueden hacer. El cerebro humano es el límite natural del
conocimiento. Pero crearemos en esta máquina una epistemología artificial capaz
de ver al mismo ser del mundo, capaz de lo que el pensamiento humano no puede
hacer sino rudimentariamente. El mundo es independiente de nosotros sí, pero no
es posible de verlo directamente, por eso el cerebro crea un mundo que lo
sustituye, ¡que lo falsifica! Así lo hizo la evolución: sensación de salado por
cloruro de sodio, la sensación de rojo por la presencia de longitud desde onda
de 10 micras, noción de número por cantidad. Una sensación dentro nuestro, por
cada cosa afuera... ¡El conocimiento humano es un embuste! Pero ahora crearemos
una mente artificial total, que capte de verdad al universo. El Thecnetos será
omnisciente: con esa nueva epistemología podrá ver de verdad el universo. Pues
cuando logre conocerlo en tu totalidad no habrá diferencia entre lo que el
Thecnetos piense y lo que el universo es.
—Es decir el Thecnetos
será el universo conociéndose… Ya tiene como hacer su mente, pero ¿cómo lo hará
despertar?
—Hay 2 códigos
faltantes, no son leyes naturales, sino claves de acceso que dejo L.
—Él ya no existe, esa
clave se ha perdido.
—Hemos creado una
máquina que va probando todas las claves posibles, un día debe dar con ellas.
—Como podrían ser
cualquiera eso tomará una eternidad. Y acaso solo tenemos unos meses más de
vida humana. El universo ya se está desgarrando en lo profundo.
Herakón
vio desalentado el tamaño de su impotencia.
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