viernes, 6 de enero de 2023

21 EPISTEMOLOGÍAS ARTIFICIALES: La Forma del Universo depende de la Forma del Cerebro

 


Un trillón de años después…

 El pueblo no lo conocía con certeza, pero había rumores que le estaban dando vida a una máquina mortal, que se alimentaba de la vida de la humanidad y que luego de matarla, iba a vivir para siempre, luego de acabar con toda la vida presente. Por ahora dormía. Al centro de esa máquina, Herakón trabajaba con los técnicos mientras algunos de estos soñaban ya con sabotear el proyecto. Dependiendo de las decisiones que tomasen sería el universo futuro y si fracasaban, no sería. A lo lejos, un permanente rumor de sublevación rodeaba al castillo de metal, eran minúsculos y fácilmente derrotables subversivos. Algunos se habían acercado un par de veces demasiado cerca a la máquina, e hicieron cierto daño, pero dada la enormidad de las instalaciones este era despreciable. Llegaron delegaciones de otras regiones de la trans-meta-corporación a escuchar un comunicado de los Zombis Hekantokeinos, dueños de las otras meta-corporaciones ahora unidas.

       Los Zombis Hekantokeinos eran los verdaderos dueños de la trans-meta-corporación. Ellos habían pactado la paz, una vez llegado el límite entrópico que daba fin a la vida orgánica. Una sangrienta paz que se comería toda esa generación para hacer funcionar al Thecnetos y para llevar a la humanidad a la eternidad. Estos seres, no eran maquinas ni simples humanos como Herakón, L o M. Eran la raza humana más evolucionada y también la más rara. Vivían en planetas muy remotos y aislados. Nunca tenían contacto directo con los sistemas que dominaban ni con los otros humanos que gobernaban. 

Vivían rodeaos de autómatas como Nimis. Y vivían solo en el pensar, pues esta extraña raza carecía de sentidos, no tenían ojos ni orejas ni lengua ni piel sensible. Su conciencia carecía de sensaciones, sino tan solo ideas. Pero tenían mentes y sistemas nerviosos muy desarrollados que se comunicaban con las máquinas que abarrotaban sus planetas, no necesitaban ver al mundo para comprenderlo y dominarlo. Aunque era una rara forma de pensar sin imágenes.

Uno de ellos hablo por un monitor. En la pantalla se vio la horrible forma de estos humanos. Su cabeza no tenía ojos, ni orejas, la boca estaba reducida a una cicatriz sellada, las fosas nasales unidas en un solo hueco tosco. Las formas de la cara dependen de su función. Músculos y huesos permiten movimientos y gestos, esto estaban ausentes en los Zombis Hekantokeinos, habían borrado sus sentidos voluntariamente hace millones de años en su evolución dirigida, solo pensaban. Así la anatomía facial era caótica y vacía. La cabeza solo era el espacio para su cerebro que podía conocer el mundo sin ayuda de sensaciones, solo con el pensamiento bastaba. Respiraban y se nutrían artificialmente por medio de máquinas conectadas a su sistema circulatorio. Así la pantalla ofreció el espantoso espectáculo de una cabeza deforme y sin rostro. Solo Herakón entendía el mensaje, su idioma no era de palabras, o sea no las usuales, la mayoría de palabras significa sensaciones, hielo por ejemplo significa blanco, frio, resbaloso, etc. Estas solo eran conceptos. Terminada la trasmisión, el grotesco rostro en la pantalla quedo a oscuras. Pues a oscuras vivían los Zombis Hekantokeinos en sus remotos planetas de dominio.

—¿Que ordenaron? —preguntó el Thaumasios Orf rodeado de pequeños sirvientes a Herakón.

—Que debemos decidir ya cómo será la mente del Thecnetos, y con ello decidiremos la forma misma del universo.

El Thaumasios Orf, venido recientemente de una meta-corporación lejana se contrarió:

No entiendo, toda conciencia depende del universo que conoce y no al revés, conocer objetivamente el mundo es ser independiente de lo que se conoce —. Orf era un Thaumasios digamos provinciano, su cuerpo pequeño y casi trasparente, estaba rodeado de densa cablearía, eran tecnologías poco eficientes de su lejano mundo, lo rodeaba caóticamente y no dejaba ver sus extremidades, solo una masa articulada sin cabeza visible, solo su voz emitida siempre por parlantes del locus sonaba a persona. Pero debajo estaba un pequeño humano como todos.

Herakón refutó:

—La forma del universo depende la forma del cerebro. Ves todo desde un punto de vista, las cosas cercanas las ves grandes y las lejanas, chicas, pero en realidad las cosas no son ni grandes ni chicas. Imaginamos al universo siempre visto desde un ángulo de visión humano, pero en realidad el universo prescinde su observador para ser. Un conocimiento verdaderamente objetivo debe ser trans-humano. La epistemología[1] siempre estudio como conoce el mundo el ser humano. Trascribió en términos lógicos lo que hacía nuestro cerebro. Pero nuestro pobre cerebro es el techo de lo que esas lógicas pueden hacer. El cerebro humano es el límite natural del conocimiento. Pero crearemos en esta máquina una epistemología artificial capaz de ver al mismo ser del mundo, capaz de lo que el pensamiento humano no puede hacer sino rudimentariamente. El mundo es independiente de nosotros sí, pero no es posible de verlo directamente, por eso el cerebro crea un mundo que lo sustituye, ¡que lo falsifica! Así lo hizo la evolución: sensación de salado por cloruro de sodio, la sensación de rojo por la presencia de longitud desde onda de 10 micras, noción de número por cantidad. Una sensación dentro nuestro, por cada cosa afuera... ¡El conocimiento humano es un embuste! Pero ahora crearemos una mente artificial total, que capte de verdad al universo. El Thecnetos será omnisciente: con esa nueva epistemología podrá ver de verdad el universo. Pues cuando logre conocerlo en tu totalidad no habrá diferencia entre lo que el Thecnetos piense y lo que el universo es.

—Es decir el Thecnetos será el universo conociéndose… Ya tiene como hacer su mente, pero ¿cómo lo hará despertar?

—Hay 2 códigos faltantes, no son leyes naturales, sino claves de acceso que dejo L.

—Él ya no existe, esa clave se ha perdido.

—Hemos creado una máquina que va probando todas las claves posibles, un día debe dar con ellas.

—Como podrían ser cualquiera eso tomará una eternidad. Y acaso solo tenemos unos meses más de vida humana. El universo ya se está desgarrando en lo profundo.

   Herakón vio desalentado el tamaño de su impotencia.



[1] Filosofía del conocimiento.

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