viernes, 6 de enero de 2023

22 VIAJEROS DE LA ETERNIDAD: Callar y Pensar.

 


Un trillón de trillones de años después…

 

A pesar de mis trabajos para darle voz Thalos nunca hablaba o lo hacía solo en raras ocasiones, solo escuchaba con astucia, pero parecía pensar interminablemente. Un día le pregunte exasperado.

—¿Para qué usas el lenguaje?

—Para callar —respondió.

Por eso me sorprendieron unas palabras suyas interrumpiendo el silencio:

—Conozco un hombre así, sí, un Emisario, un heraldo, recorría el subsuelo y luego ascendía a los desiertos de arriba. Parecía tener miles de años, cuando nací el ya existía. Y mis ancestros conocían de sus trabajos. Acaso era un inmortal. Era el único humano que no moría en el último planeta al pasar los siglos.

—Llévame hasta él —le dije.

—Pido un pago.

—Pídelo.

—Quiero no morir, como el Emisario.

—Somos seres efímeros no podemos dar lo que no tenemos, ni tampoco recibirlo. Como un ave está diseñada para el aire, nosotros  estamos diseñados para la fugacidad.

—Al parecer los organismos morimos por que la evolución nos programó para morir, nos impide ser eternos para que lo sea la vida. Pero podemos revelarnos a la vida y vivir. Modifícame como modificaste mi lenguaje. Toma eternidad de la máquina que llamas Thecnetos y nosotros llamamos madre. Ella es eterna sin dudas. 

—El Thecnetos no es eterno ni siquiera el universo lo es.

—El multiverso donde late el corazón del Thecnetos lo es. Solo es efímera su sombra donde nosotros vivimos. El objeto que las proyecta es eterno —dijo Thalos insistiendo en dejar de ser mortal.

 —Solo es eterno en nuestros términos, en términos tras-universales no. El multiverso también es finito, y acaso también un día desaparecerá.

—Como está desapareciendo el Emisario, debe haber perdido su inmortalidad ya, y a mí no me importa la eternidad de los otros mundos, solo la de este. Aunque sea la eternidad de la sombra que soy. Ayúdame y te guiaré a lo que buscas.

—Dices verdad somos sombras. Para ser eterno deberás dejar de ser una sombra o sea deberás dejar de ser Thalos. ¿Quieres eso? sería como darle eternidad a otro.

Thalos se llenó de rencor.

—Somos otros cada segundo, cada vez que en cambiamos. Tú también ya eres otro.

—Te daré suficiente tiempo, el tiempo que me regala el Thecnetos te lo daré a ti cuando me lleves al Emisario.

—Acepto. Considéreme su esclavo —dijo taimadamente justo antes de volver a quedarse mudo por días.

Pase de amo a esclavo un artefacto, viviría mientras yo lo ayudara. Y yo viviría de la esperanza que él me daba. Empezamos a buscar, el camino que sabía hasta el Emisario. El planeta era finito y mi búsqueda infinita, así un día al volver una esquina entre las ruinas lo hallaría.

       Desconfiaba de Thalos, pero varias evidencias me decían que ya estaba cerca a M y que no todo lo que me decía era mentira.

       No sabía que Thalos con el fin de alargar su vida y de jugar conmigo alargaba también el viaje hasta M dado largas perífrasis.

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