Un trillón de
trillones de años antes.
El casto
iniciado eracom acompañaba a Nhimis a ese lugar peligroso.
—Permanece
cerca mío.
Subían
y bajaban por Limma, atravesando sus
muros ahuecados y sus caprichosas escaleras, cuya diversa arquitectura delata
un mosaico confuso de épocas que la componía, se acercaban más y más a un lugar
abyecto y se sentía lejana, su maldad. Aún era temprano. Solo había unos pocos
hombres esperando callados. Vino uno de ellos, el Leno, era alto, pero
repentinamente parecía torpe: Hans hanh,
vino a ellos e hizo algo repulsivo, puso sus labios sobre los de Nhimis y esta aguantó el asco, e incluso
le lamió la lengua, eracom se ruborizó,
sintió una incomodidad en el estómago, era el pecado nefando, nunca lo había
presenciado. Por primera vez veía su suciedad en persona.
—Anoche
soñé contigo, ahora solo soñaré contigo, regresó a mi tierra.
—Yo sueño a
diario contigo, con todas Uds —dijo Hans hahn y cogió la mano de Nhimis, esta lo dejó solo un segundo.
Satisfacer y frustrar era el juego. Era obviamente un lugar peligroso, pero no
para ella, le había mentido a eracom.
Nhimis al sentir la mano compasiva de
eracom creyó que escondía una
debilidad por las mujeres, no podía creer que fuese mera compasión, cosa que
ella no concebía, así que lo llevó a un lugar donde en secreto se ejercía la
heterofilia prohibida, vicio suficiente para perder a uno de esos
idealistas.
—Me iré, no
puedo sobrevivir, necesito tu ayuda…
—Soy tu
esclavo. Ya lo sabes…
—Dame tus pilas
de bio-mantenimiento
—Solo hay
una suficientemente cargada.
—¿Y estas? —dijo
Nhimis agarrando el brazo de Hans
hahn. En este brillaron unos ojos de amor, el más puro, y más duradero, el
no correspondido. Se sacó las pilas del brazo eran 4, repentinamente Hans Hahn se puso pálido y frio, pero
aguantaría unas horas.
—¿No eran
5? —dijo Nhimis.
Te
la daré por …
—Quédatela —dijo
Nhimis y le dio la espalda, ya tenía
lo que quería y debía retirarse.
eracom
estaba horrorizado, la mitad de lo ocurrido simplemente no lo entendió. Pero supo
lo abyecta que era Nhimis y decidió
no verla. Se iría sin ella. Y ahí notó
que ella ya había empezado a irse, realmente no la atemorizaba el camino, así
que él esperó para salir detrás, pero a distancia de ella, antes de salir del Jardín
Extraño por la estrecha entrada, algo grande y tosco entro por la estrecha
puerta, empujo violento como a un estorbo a Nhimis
como era usual hacer con las mujeres.
Paso
con más cuidado al lado de eracom
pero su caliente hombro desnudo roso la piel del iniciado, en ese momento las
palabras de Nhimis, que hablaba sin
parar se apagaron, se volvió mudo el mundo, el cerebro de eracom se apagó como una ciudad a punto de sucumbir, concentrando
toda su energía en su núcleo más primitivo, solo fue un segundo, o menos, no lo
suficiente para ser consciente o recordarlo luego, luego esa figura grande y
hermosa desapareció pero eracom la
reconoció, solo sintió a su espalda que algo grande bajaba hundiendo el aire
con él. Pero sabía quién era, y se prohibió volverse a verlo de frente. Al
despertar de esa leve distracción noto que Hans
hahn estaba hablándole.
—Perdón, ¿Qué
me dijo?
—No dije
nada, ya sabes no necesito que me entiendas solo que ellas me entiendan, buscas
seguro un contacto prohibido... —dijo ya seguro de haber logrado un cliente.
De
pronto rio con una carcajada obscena, nada de su conducta tenía sentido para eracom, felizmente ya todo había
acabado.
eracom
regreso a la secta vanamente seguro de haber hecho mal. Y a pesar de que no
recordaba ningún incidente particular, algo irreversible había pasado y
cambiado en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario