13,8 Billones de años después del inicio del universo…
Había logrado olvidar del todo al
hombre del sueño y mi pecho estaba henchido de piedad, de calma fascinada por
la belleza del plan de Ahelos. Sí, la
humanidad había sido perfecta. Su evolución a algo superior solo se había
interrumpido por las guerras de las 2 bio-religiones o por algún accidente
cósmico, pero se reanudaría lentamente, la reanudaríamos nosotros. Sentí una
vana sensación de orgullo. Era un sentimiento inofensivo, podía ceder a esa
pequeña emoción sin peligro. Había logrado con éxito traducir mi primer libro,
solo que me insatisfacía no poder desentrañar esas dos palabras:
Cinco letras y nada de
sentido. Dicen algunos exploradores de la memoria que una palabra a solas no
significa nada, sino que solo tiene sentido cuando está en comunidad con otras,
en una frase o en un relato. A solas, una palabra es una abstracción o sea
nada. Y este contexto también le debe a esa palabra su significado, por ejemplo,
sin la palabra “tiempo” ninguna de las demás palabras significaría lo mismo. Si
era así, yo no entendía realmente el libro al no entender que significaba ese
vocablo.
Pero esa noche lo entendería.
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