43 EPISTEMOLOGÍAS ARTIFICIALES: Reconstruyendo La
Humanidad Desaparecida: Dimorfismo[1]
Colaboración Galuconar Yue
En otro
lugar del espacio-tiempo...
—Creo
—dijo fvogelfit a n y a Petrock— que, aunque en muchos
documentos del primer eón los humanos mencionan relacionarse en simbiosis con
lo que parece ser una especie distinta, podemos postular la hipótesis de que la
entidad llamada "mujer" no era ni un simbionte con el que coexistieron
los primeros humanos [CfrDoc 25/138], ni una ficción meramente estética salida
de sus primeras formas de vida virtual [CfrDoc 9/5732], como se ha creído hasta
el momento.
—Esta
última teoría —continuó— se apoya en que las características adscritas a “las
mujeres” son de carácter principalmente moral, y solo algunos breves fragmentos
prácticamente desautorizados sugieren de manera imprecisa características
físicas de este ser, antes de su desaparición total en el segundo tercio de la
historia humana (el paso de prehistoria a historia). Yo creo otra cosa —dijo Petrokcs mientras Ayazx miraba desganadamente a los dos niños-juguete y a su eromenos, le daba rabia que n se ocupara
en esos 2 extraños, pero aguantaba pues creía humildemente que n podría
aprender algo de ellos que no podría aprender de él. Igual lleno de envidia se
propuso dejar a Petrokcs en los siguientes
días para tener a n solo para sí.
—La
causa de este fenómeno es que la humanidad sufrió de un severo dimorfismo
sexual (los miembros, femenino y masculino, de una especie son anatómicamente
distintos) durante la prehistoria, fenómeno que era esencial a su reproducción
primitiva — dijo Petrokcs—. Este
dimorfismo se redujo en la transición hacia la reproducción artificial, antes
de desaparecer definitivamente en la etapa inicialmente autodenominada como
"neo-humana" ningún sexo tenía ya un rol en la reproducción que pasó
a ser artificial, así que las diferencias entre hombres y mujeres se esfumaron,
solo quedó una invisible huella epigenética en sus gametos anatómicamente
iguales ahora, en desuso. No descendemos solo de hombres, somos hombres y
mujeres indistintos, y dada la igualdad de los sexos fue innecesario usar dos
palabras distintas para cosas iguales.
—Bueno
—dijo fvogelfit con una mirada adulta
en sus ojos niños— lo son los humanos, no nosotros. Miraron cariñosamente a n
esperando su opinión, animándolo, pero este no dijo nada mirando con incomprensión.
Ayazx se llenó de vergüenza una vez
más de aquel infructuoso hijo.
...Pero ambos se equivocan... —pensó mudo n. Recordó ese texto
censurado, un fragmento prehistórico que, si bien no aportaba una prueba
definitiva, sí debilitaba sus teorías. Una vez más se encontraba frente a un
conocimiento que no sabía dónde había adquirido ni podía comprender.
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