13,8 billones de años
después del inicio del universo y dentro de un sueño…
En un lugar igualmente remoto del pasado, el amnésico eracom sueña, los sueños aun siendo
inmateriales son parte del universo real, esta era uno que recurrentemente lo
asaltaba:
Cae
desde muy alto una lluvia sobre una ciudad de metal, desde hace miles de años.
Una figura borrosa por el agua camina hasta un colosal y alto muro, detrás de
este, una gran máquina agusanada de hombres esforzándose sin descanso en
hacerla funcionar. Pasan los milenios, los hombres caen y son olvidados pero la
gran máquina y la lluvia siguen. El alto y monótono muro solo tiene a sus pies
una única y pequeña puerta.
De
ella sale con dificultad un hombre grande y cansado, eMe. Se une a la primera
figura y juntos buscan un lugar resguardado de la incansable lluvia, que lleva
una eternidad cayendo.
Pero el tiempo para ellos es breve. Ele
ha traído algo, pero, a pesar del frío reinante, tibio. Comen en una íntima
convivencia. El tiempo corre siempre tan aprisa. Ya Eme se mete de nuevo a la
gran máquina. Pero Ele volverá mañana, esos minutos felices ablandan la dureza
de los demás minutos, uno a solas del otro. Ni la lluvia eterna, ni el frío
casi absoluto del universo girando en rededor pueden borrar la tibieza de esos
minutos.
eracom
despierta desasosegado, una vez más había soñado con esos dos personajes. Y él
era uno de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario