Un trillón de años después…
El
inicio de la revolución fue caótico y débil, comenzó como un rumor y con
pequeñas desobediencias espontáneas, pero conforme pasaban las horas se levantó
violento y se hizo fuerte como una poderosa ola cósmica. Herakón ordenó crueles castigos a los traidores. Esto frenó las
primeras revueltas, pero después vino una oleada incontrolable de caos en todo
el universo, mezclado con el caos de su propia muerte termodinámica. Destruir
es siempre más fácil. Primero se supo que todo un planeta fue incendiado como
castigo, luego miles de revueltas estallaban en otros sistemas y en lejanas
galaxias, los cargamentos de energía para el Thecnetos fueron asaltados y
hechos pedazos, el dios mecánico empezó a morir de hambre. Los telégrafos
cuánticos fueron cortados o secuestrados. Pero por ellos corría la noticia de
que la trans-meta-corporación caía. Como en un poderoso resorte, la violencia
con la que el poder presionó a los débiles por milenios, se volvió contra sus
amos, destrozándolos. En el cielo de Amil-Urep
aparecieron raras naves de lejanas razas de esclavos, venían de remotos
sistemas, algunas aterrizaron con violencia y destruían las ciudades industria
que rodeaban al Castillo de Metal y lo surtían. Otras, desde lo alto, lanzaban
gruesos chorros de energía destructiva que quemaban lo que tocaban, raras armas
autónomas empezaron a deambular destruyendo el complejo industrial como
insectos de hierro enviados desde algún infierno de acero, desde la altura se
dejaban caer pesados contenedores cargados de guerreros, algunos mecánicos y
otros de carne y hueso. Herakón vio morir su sueño. Pero tenía un plan.
Los rebeldes no tenían jefes, ni planes claros, solo el deseo amorfo de
destruir al Thecnetos, pero su ataque caótico pronto tomo unidad y dirección.
Un oscuro jefe se alzaba con el poder. El rumor de su identidad pasaba de boca
en boca: Abismo. Petrock se
sorprendió que los primeros muertos eran civiles, niños-juguete, androides y no
funcionarios, ¿por qué? El enemigo no eran los esclavos, sino los amos, pero no
muchos morían a pesar de la violencia reinante. En Amil-Urep, el próximo asalto no fue hecho por él, sino por un
lejano ejército llamado “el ejército invisible”, lo comandaba su secreto líder
llamado “Abismo”. Trabajaban en la
oscuridad desde hace tiempo, y la revolución espontánea fue su oportunidad de
hacerse con el poder, y pudo conducir ese animal sin cabeza que es la masa
llena de odio. Sí, deseaban destruía al Thecnetos, pero sus víctimas eran
básicamente civiles. Toda la maldad recibida de sus amos por milenios ahora se
unía y formaba una violenta revolución de entropía. El universo inerte empezaba
a pelear contra lo vivo. Nimis no
dudo en enrolarse en ese ejército invisible.
Petrock y su eromenos Ayazx, contemplaban la masacre con sus hijos-juguete sus pies.
—¡Ese
no es el modo de ganar!
—Es
el único modo de ganar, y es el que conocen los esclavos, nada se compara a su
odio —dijo Ayazx
—Un
mundo nuevo requiere un hombre nuevo, no esclavos.
—Ese
hombre nuevo nunca ha nacido ni nacerá.
—¿Por
qué Abismo no se muestra? ¿Quién es?
¿Es el tal N del que hablan los niños-juguete?
—Nadie
conoce su nombre, pero han dibujado sus símbolos y su doctrina en numerosos
planetas.
—¿Qué
espera para atacar al Thecnetos?, ya tiene el poder suficiente.
—Esperan
que lo hagamos nosotros, luego él robará el botín, el poder no lo desea para
eso, se goza masacrando a los débiles. A los llamados traidores, que son
básicamente, todos. Han asolado planetas enteros. En ellos no murieron ni
siquiera funcionarios del más bajo rango.
—Parecen
difíciles de distinguir de los Hekantokeinos.
—Por
pesar así, el ejército invisible te ha declarado enemigo de la revuelta. Debes
huir, sobre todo, si la revolución tiene éxito.
vfogelfit se angustió
al saber el destino de su padre.
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