13,8 billones de años después del inicio del universo…
Otra vez
cerca al Jardín Extraño eracom
encontró de nuevo al Leno Hans Hahn, charlaba
o planeaba algo con Eme. Al verlo, Hans Hahn los dejó solos. No sin dejar
de hacer un cínico e incomprensible gesto que solo entendió Eme. Y con el que este sonrió.
eracom
sintió que ellos debían conocerse muy bien y le dio celos la intimidad entre
ambos. Hans Hahn era un heterofílico
nato, pero extrañamente odiaba a las mujeres. En el fondo quería su amor, pero
esa especie lo buscaba solo por placer, esa raza solo conocía el goce que es
felicidad a corto plazo, Hans Hahn
buscaba algo más que a largo plazo, buscaba algo eterno, con lo que ni siquiera
nadie soñaba. ¿Qué se podía esperar de una especie que había sido derrotada y estaba
al borde de la extinción? Solo los seres puros y sanos pueden amar. El amor es
un camino bioquímico de 4 pasos, en que gradualmente el cuerpo cambia para amar
cada vez más profunda y sensiblemente, los dañados, los psicópatas, los
destruidos moralmente, los casi borrados por la involución llegaban solo al
primero: el deseo. Todo grupo segregado es así.
—No te
engañes, es un homicida —dijo Eme— y
mi mejor amigo —dijo mintiendo de nuevo—, pero aun siendo el rufián de todos,
tiene una rara extravagancia, está enamorado platónicamente y todo lo que hace
lo hace para lograr lo que sueña, que es imposible. Ese es su lado más bello,
pero hay otro lado oscuro… como en todos nosotros, también en ti.
Se
rumoreaba que Hans Hahn, de vez en
cuando, luego de satisfacerse, las mataba y no era el único. Crímenes en aquel
lugar pasaban desapercibidos. No era raro, lo raro era la increíble crueldad,
el ensañamiento y odio al mismo cadáver. Se trataba sin duda de infinito
desprecio a lo infinitamente inferior y considerado por ello, infinitamente
malo y peligroso. Hans Hahn odiaba,
como los demás, el deseo que sentían por él. Y en esa niñez sistemáticamente
abusada, como la de Eme, Hans Hahn
perdió la esperanza de ser amado al mismo tiempo que desarrollo un apetito
insaciable de amor.
—Tu amigo
es un monstruo —dijo eracom.
—No gana
nada con esas muertes. Pero hace el amor maravillosamente.
eracom
sintió otra vez ese terror al escuchar esto.
—Tú sabes,
no hay secretos en este mundo.
Eme miró el alivio parcial
en la cara del joven sin pasado y luego agregó:
—Aunque yo
no necesito que me lo cuenten.
Mientras en eracom se retorcía en el malestar que le causaron esas palabras, Eme se acercó a él para ver de cerca su
dolor y le dijo al oído.
—No debiste
volver. Vete y no regreses, acá nadie espera por ti.
Incrédulo
no pudo reaccionar, pero Eme lo
volvió a repetir a gritos.
—¡Sigue tu camino!
Infinito odio a lo infinitamente inferior
y malo, eracom era eso para Eme,
se vio yéndose de lo que tanto había buscado y vagó lejos de aquel lugar. Muy
cerca la vida lo esperaba para su respectivo castigo por aquel fracaso y para
obligarlo a volver.
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