domingo, 10 de marzo de 2024

75 VIAJEROS DE LA ETERNIDAD

 

Trillones de años después…

 

L regresó a ser Herakón o simplemente era un L desilusionado, no lo podemos saber bien. Lejos y a salvo de M se perdonó de dejarlo morir. Él también lo había decidido así hace millones de años, y más antes, se alimentó de su dolor, gota a gota, y no por odio, sino por algo peor, por indiferencia, así que esta no era una injusticia. Somos nuestra mente y la de M estaba carcomida de una enfermedad, quizás ni siquiera era ya el Emisario. O acaso lo único que había perdido era su belleza. Acaso el amor no es la comunicación de dos mentes afines, sino el vulgar deseo de un cuerpo por otro cuerpo. La vida es antientropía, orden, estructura, y la mejor señal de ella es la belleza, por eso la vida es bella y fea la muerte, es natural en los seres vivos amar la vida y la hermosura, está ya no estaba en M. Si era eso, no había necesidad de rescatarlo, y acaso ni lo hubo antes, pues no es justo querer a lo bello y desamar lo feo. El amor era superficial e injusto como toda la biología. Por ello L debía y deseaba matar la vida. L detestó a la enfermedad atávica. El amor era una enfermedad perjudicial, lo mejor estaba en dejar de amar. Sería libre y podría ser uno con Thecnetos. Pero sería un ser triste, ya se había resignado a eso. Su misión ahora era una, acudir a la muerte de la humanidad. Impedir que siquiera una oportunidad de que la humanidad detestable continúe. Debía matar la vida de una vez. Ese mismo día.

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